Todos sabemos que los perros son animales genuinos y que cada cosa existente en la vida puede ser un motivo para que muevan la cola con alegría. Sin embargo, al igual que nosotros, también tienen la capacidad de atravesar estados de depresión. Esto ocurre mayormente cuando su rutina cambia con brusquedad, como también cuando están enfermos, y lo manifiestan con cambios de comportamiento y lenguaje corporal. Identifica si tu perro está pasando por alguna crisis depresiva si presenta alguno de estos síntomas:

1.Comen poco y beben mucha agua:

Como en el caso de los humanos, es normal también que las mascotas pierdan el apetito al sentirse deprimidas, y como consecuencia, bajen unos cuantos kilos. Dicha falta de alimento, más bien, la compensan tomando agua. Sucede igualmente el caso contrario a veces, es decir, que los perros coman en exceso al sentirse tristes. De todos modos, cualquiera de estos dos extremos reflejan un mal síntoma en tu mascota.

2. No quieren jugar:

Los perros nunca parecen estar cansados de jugar en el jardín sin parar, hasta que tengas que perseguirlo por todos lados. Si notas que al sacarlo al parque ya no corretea por cada sitio posible, ni se acerca a interactuar y jugar con otros perros, tu mascota te está dando una señal de depresión.

3. Se esconden, incluso de ti:

Si se aísla, si ya no te busca ni corre emocionado hacia ti apenas llegas a casa luego de un largo día, es posible tu perro esté atravesando momentos de tristeza, o que esté enfermo o herido.

4. Pierden interés en lo que más disfrutan:

Como cuando les acaricias la panza, les ofreces un trozo de aquella comida de humano que tanto les encanta, cuando les lanzas alguna bola de tenis para que vayan tras ella. El que se mantengan reacios a lo que les gusta o les divierte, demuestra que podrían estar deprimidos.

5. Duermen casi todo el día:

En general, las mascotas duermen bastante, especialmente si se quedan solos en casa. Sin embargo, cuando están cabizbajos, los perros siguen incluso enroscados en la alfombra a pesar de que sus dueños estén en casa, o hasta cuando llega algún invitado desconocido al que normalmente le ladrarían durante todo el tiempo que se quede allí.

6. Se comportan agresivos:

Es señal de depresión si tu perro te saca los dientes sin razón alguna cuando te le acercas, al igual que si gruñe o si se queja.

7. Tienen las orejas caídas o hacia atrás:

Los perros, cuando están tristes, suelen dejar de mover sus orejas, pues ya no tienen interés en responder lo que ocurre alrededor, ni siquiera si es algo que normalmente llama su atención, como cuando mencionas su nombre o la palabra “calle”.

8. Se lamen las patas:

Cuando los perros hacen eso puede ser señal de aburrimiento. Sin embargo, el que se laman de forma constante puede indicar depresión.

9. Evitan el contacto visual:

Al están estresados o deprimidos, los perros se ven con los ojos más pequeños, pues los entrecierran más seguido, de tal forma que eviten mirar a otros animales, personas, o incluso a ti. Por supuesto, hay perros que por naturaleza tienen los ojos un poco caídos y la mirada “triste”. Pero si ese no es el caso de tu perro, esa es una señal para preocuparse.

10. No mueven la cola con facilidad:

Sino, más bien, la mantienen hacia abajo o metida entre sus patas. Y cuando haces algo que generalmente les emociona, mueven su cola tan solo de forma tímida y sutil.

Si tu perro presenta alguna de estas señales, debes asegurarte de que no esté enfermo primero. Llévalo a un veterinario para que le realicen los chequeos necesarios y asegúrate de que no tenga nada malo. Por lo general, un perro sano no tiene razones para deprimirse, a menos que cambie bruscamente de rutina. En ese caso, evalúa qué cosas podrías hacer para que, o bien tu perro se readapte, o tú puedas volver a hacer lo de antes para que vuelva a estar feliz como siempre.

Por último y lo más importante, pasa más tiempo con él. Tu perro nunca va a dejar de estar a tu lado, a pesar de que esté deprimido. Y él espera lo mismo de ti. Hagan juntos nuevas y divertidas actividades que puedan devolverle ese hermoso espíritu único de su especie que tanto se hace extrañar.