Hoy, el mundo del fast food ha tenido un día intenso luego que Restaurant Brands, empresa que nació en el 2014 tras la fusión entre Burger King y Tim Hortons, adquiriera la cadena Popeyes Louisiana Kitchen Inc. sumando con ello una nueva incursión en el mundo del pollo frito
El precio acordado entre ambas empresas está cerca de los $1,800 millones y se espera que el acuerdo esté cerrado a principios de abril, siendo esta la primera transacción importante para Restaurant Brands. Esta transacción será pagada con fondos disponibles y a través de un compromiso de financiación de JPMorgan Chase & Co. y Wells Fargo & Co.
«Con esta transacción, añadimos una marca que tiene una posición destacada con un enorme potencial de crecimiento tanto en Estados Unidos como a nivel internacional«, dijo el consejero delegado de Restaurant Brands International, Daniel Schwartz.
Sueño hecho realidad
Como se sabe, los gerentes de la empresa habían hecho público su interés por llegar a nuevos rubros dentro del sector alimenticio para así aumentar su carpeta y ganancias, y esta nueva adquisición los coloca en primera plana para seguir aumentando sus redes considerando también que podrían apuntar a expandir la cadena en el extranjero.
Las acciones de Restaurant Brands, financiada por la empresa brasileña de capital privado 3G Capital, subieron 5.4% a $56.80 a las 9:33 en Nueva York, mientras que las de Popeyes se dispararon 19% a $78.79. Según Bloomberg, Popeyes posee un valor de mercado de alrededor de $1,370 millones, mientras que Restaurant Brands vale $25,000 millones.
Popeyes cuenta con más de 2,600 restaurantes en los Estados Unidos y tiene presencia en otros 25 países. Durante los últimos ocho años, la cadena ha tenido un buen desempeño, logrando que sus acciones registren alzas. Parte de esto ha motivado que sus nuevos dueños prefieran que siga teniendo una administración independiente en el país norteamericano.