Alesja y Alex Daehnrich dirigen el santuario animal Blind Spot, en Carolina del Norte. En marzo, decidieron albergar a unos cerditos que estaban en un refugio del condado. Al llegar, los cerditos estaban muy asustados y casi no soportaban el contacto con la gente.
No obstante, pronto empezaron a sentirse más cómodos y aprendieron a confiar en la pareja. Ahora, los cerditos: Larry, Curly, Sam, Sven, Moe y Daddy Wilson, solo quieren acurrucarse y estar con sus padres humanos. Así que necesitaban un mueble grande donde la gran familia cupiera.
“No todos encajaban en nuestro regazo, así que algunos se quedaban abajo y descasaban a nuestro lado, lo más cerca posible”, contó Alesja a The Dodo. “A veces solo se amontonaban. Así que pusimos una silla lounge en el jardín y ellos la amaron”.
Más adelante, la silla no se abastecía para los 6 cerditos así que la pareja buscó nuevos muebles. Sin embargo, no encontraron alguno que se ajustara sus necesidades. No había mueble que pudiera albergar a seis cerdos. Así que, Alex decidió que construiría uno. Compró los materiales y los llevó al santuario para empezar a trabajar. Pero los cerditos “querían ayudar” o probablemente solo querían descubrir si había algo comestible. Así que movían algunas piezas y eso dificultó un poco el trabajo.
Pero, al cabo de un tiempo, la cama de día estuvo lista. Los pequeños ciertamente la adoran y les gusta reposar durante el día ahí de vez en cuando. A veces todos juntos, o en ocasiones solo uno mientras el resto juega.
Además, ocasionalmente, Alex y Alesja se quedan con ellos para pasar tiempo de calidad.
“Verlos transformarse, ponerse sanos, estar felices y contentos y, lo que es más importante, confiar en los humanos de nuevo ha sido una experiencia que cambia la vida”, asegura Alesja.
Sus rostros verdaderamente reflejan alegría y paz. Qué bueno que haya personas así en el mundo. Y que los cerditos ahora vivan bien.