La tumba que este padre construyó para su difunto hijo ha roto el corazón de todos


Ernest y Anneke Robinson formaron un hogar lleno de amor. En 1988 llegó a sus vidas su hijo, Matthew. Las complicaciones durante el parto ocasionaron que el bebé se quedara sin oxígeno. Por esto, el pequeño nació con una discapacidad. Mateo tenía el cuerpo paralizado del cuello para abajo y, además, no podía ver.

El diagnóstico de los médicos no era muy esperanzador pues aseguraban que el bebé viviría como mucho un par de días. Pero el pequeño se aferró a la vida y vivió 10 años. No obstante, en 1999, Mateo dormiría para ya no despertar.

Sin embargo, sus padres decidieron que su hijo reposaría en un lugar digno de él. Querían algo que representara toda la alegría y amor que había traído a sus vidas. Un gesto que inspire esperanza en lugar de dolor.

Ernest, su padre, construyó una hermosa tumba en el cementerio de Salt Lake City. En la parte superior de la lápida, hizo una escultura de un niño que se levanta de una silla de ruedas y abre los brazos en dirección al cielo.

La belleza y peculiaridad de la tumba ha convertido el recinto en un lugar popular. En efecto, muchas personas se acercan a visitarla para ver la obra de arte y el homenaje de un padre a su hijo.

Posteriormente, Ernest y Anneke fundaron “Ability Found”, una organización benéfica que ayuda a personas con enfermedades como cáncer, esclerosis múltiple y media espinal. Sin duda, su hijo estaría muy orgulloso.

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