Un par de cigüeñas han elegido un lugar remoto y peligroso para criar a sus crías, construyendo su nido en el mismo borde de un acantilado con rápido flujo del mar por debajo.
A la cigüeña blanca parece no perturbarle el lugar, el cual es casi letal para sus polluelos, ya que este acantilado está entre 10 a 20 metros sobre el mar.
Marco Bustos, fotógrafo de la naturaleza, en su visita al suroeste capturó el nido de los críos de la cigüeña, en el preciso momento en el que ella estaba cuidando de ellos justo cuando la marea estaba alta.