Allison Kimmey es autora de autoayuda. Constantemente promueve body positivity y el amor por uno mismo como es. Kimmey es también madre de dos niños y, como la mayoría de madres, escucha a sus hijos repitiendo algo que oyeron fuera de casa.
A través de Instagram, Allison compartió su más reciente anécdota con su hija. La descripción inicia con: “Mi hija me llamó gorda hoy”. Pero es la forma en que respondió a su hija lo que hizo que la publicación se vuelva viral. De hecho, Kimmey decidió compartir la conversación con sus seguidores.
Ella estaba molesta porque los hice salir de la piscina y le dijo a su hermano que mamá es gorda. Le dije que me dé el encuentro arriba y podríamos charlar.
Yo: “¿Qué has dicho de mí?”
Ella: “Dije que eres gorda, mamá, lo siento”
Yo:… “Vamos a hablar sobre ello. La verdad es que no soy gorda nadie es gordo. No es algo que se puede ser pero tengo grasa. Todos tienen grasa, protege los músculos y los huesos y mantiene nuestro cuerpo mientras nos provee el suministro de energía. ¿Tienes grasa?”
Ella: “¡Sí!, tengo un poco aquí en mi barriga”
Yo: “es cierto yo también y lo mismo ocurre con tu hermano”
Su hermano: “No tengo nada de grasa, yo soy el más flaco, sólo tengo músculos”
Yo: “En realidad todo el mundo, cada persona en el mundo tiene grasa, pero cada uno de nosotros tiene diferentes cantidades”
Su hermano: “Ah, claro debo tener un poco para proteger a mis músculos grandes, ¡pero tienes más que yo!”
Yo: “Sí, eso es cierto. Algunas personas tienen mucho y otros no, pero eso no quiere decir que una persona es mejor que otra, ¿entienden?
Ambos: “Sí, mamá”
yo: “Entonces pueden repetir lo que dije”
Ellos: “¡sí! No debería decir que alguien es gordo porque no se puede ser sólo de grasa, pero cada uno tiene grasa y está bien tener diferentes cantidades de grasa”
Yo: “Exactamente correcto”
Ellos: “¿Podemos volver a la piscina ahora?”
Yo: No
Cada vez que surgen estos temas tengo que elegir cómo lo voy a manejar. La grasa o gordura no es una mala palabra en nuestra casa. Si avergüenzo a mis hijos por decirla entonces estoy demostrando que es una palabra de insulto y continúo el estigma que ser gordo es indigno, desagradable, cómico e indeseable.
Dado que no llamamos a la gente gorda como un insulto en mi casa, tengo que asumir que internalizaron esta idea de algún otro lugar o alguna otra persona. Nuestros hijos son alimentados con ideas desde todos los ángulos, usted tiene que entender que eso va a suceder: en una casa de amigos cuyos padres tienen valores diferentes, viendo un programa de televisión o una película, al oír a alguien en la escuela – ideas sobre la imagen corporal ya se están filtrando a través de sus mentes . Es nuestro trabajo ser la voz más fuerte, más positiva y coherente que escuchan. De modo que puede elevarse por encima del resto.
Evidentemente una gran lección para sus hijos y para sus cerca de 120 mil seguidores, con quienes compartió la anécdota. Kimmey demostró que si bien no podemos controlar lo que nuestros hijos oyen en otros lugares, una conversación tranquila puede ayudarlos a entender y seguir en el camino correcto.