El café es uno de los brebajes más pedidos por el público en general, siendo éste el motivador de muchos para empezar bien sus mañanas. Pero, ¿sabían que con él también se puede hacer arte?

Como suele suceder, un buen día Allen Shaw, ilustrador y storyteller, tomaba un café y sin darse cuenta dejó una mancha intencional. Justo antes de borrarla la vio con sus ojos de creativo y se dio cuenta que había mucho más en ella sólo que no se podía ver a simple vista. Y es que la imaginación cobró protagonismo y dio como resultados estos diseños que el mismo completó.

Este talentoso artista alemán convierte cualquier mancha de café en divertidas escenas que cuentan una historia, gracias a sus tintas y acuarelas que crean vida donde no hay. A su vez, muestra otra de las aficiones de Shaw : la bicicleta.

Imágenes: Allen Shaw